miércoles, 9 de diciembre de 2015

La suerte del gato negro

Insistiendo con el género, ahora presento mi relato "La suerte del gato negro", publicado también en el número 4 de la revista digital "Letra 15", editada por la APE Francisco de Quevedo:

 http://www.letra15.es/L15-04/L15-04-51-Carpe-Verba.html#i3

Crónica de la presentación de libro de relatos "Complicidades"

     El día 6 de noviembre pasado tuvo lugar la presentación de mi libro de relatos Complicidades, publicado por la editorial Atlantis. En dicho acto colaboraron amigos y compañeros con todo el interés y el cariño que me han demostrado, así como con todo su saber hacer: Demetrio Fernández González, elaborando unas magníficas páginas ilustrativas sobre mi libro, José Rodríguez Portero, adornando el evento con unas excelentes fotografías y Pedro Hilaro Silva y Jesús Diéguez, presidente y secretario, respectivamente, de la Asociación de Profesores de Español Francisco de Quevedo, de la cual socio socio y de lo que me enorgullezco, divulgando mi obra y el acontecimiento con todos los medios que tienen a su disposición. Aquí dejó noticia del momento, aportando el enlace de la página que habla de lo sucedido aquel día en el hermoso lugar en el que ser produjo el encuentro: http://www.letra15.es/L15-04/L15-04-61-Encuentros-Complicidades.html

jueves, 12 de noviembre de 2015

Presentación del libro de relatos "Complicidades"

El viernes, 6 de noviembre, tuvo lugar la presentación de mi libro de relatos "Complicidades", en la Asociación de Escritores y Artistas de Madrid. El encuentro, entrañable y rodeado de amigos y compañeros, se convirtió en un agradable momento que sirvió para disfrutar más, si cabe, de una cálida noche madrileña. Gracias a los elogios de los presentadores que me acompañaron, pude leer con calma alguno de los textos del libro, ante la mirada atenta de los que allí estaban. Gracias a todos.












miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mi novela "Tardes en El Edén", en formato electrónico.

Ya está disponible en libro electrónico mi novela "Tardes en El Edén". Aquí os dejo el enlace para conseguirlo, por si alguien desea leerlo:
Libro de Felipe Díaz Pardo; Vision Ebooks; EB9788494047268; 2,84 €. Formato: Epub Adobe DRM Desde sus inicios, los esfuerzos de la Asociación de Profesores de Español ?Francisco de
AGAPEA.COM

jueves, 5 de noviembre de 2015

Entrevista sobre mi libro de relatos "Complicidades".

Felipe Díaz Pardo sobre 'Complicidades': "El cuento ha de buscar el placer de la sugerencia, como quien saborea cada palabra como si fuera una pequeño manjar"
Ediciones Atlantis publica ‘Complicidades’ un libro de relatos escrito por Felipe Díaz Pardo en los que se reflejan distintas relaciones personales, que bien podrían existir en la vida real como algo cotidiano, a pesar de la extrañeza con que se nos presentan. Infidelidades, amor ciego, amor desinteresado, mentiras, sospechas… Todo ello hace de este un libro interesante, de temática actual y atrayente.

¿Cómo surgió la idea para escribir este libro de relatos?
En este caso, la idea no fue premeditada, es decir, no partió de un plan prestablecido desde el principio. Supongo que empezó con el típico chispazo que alumbra el primer cuento, y luego otro y otro, hasta descubrir un nexo de unión entre las distintas historias que me llevó a confeccionar un libro de relatos, cuyo nexo de unión fuera el de la complicidad, que da título al volumen.

¿A quién va dirigida la obra?
Si la pregunta se refiere a qué tipo de lector va dirigida, diría que a aquel que disfruta deleitándose con cada palabra y con cada situación. Porque, para mí, el cuento más que una sucesión de hechos es la captación de un momento, de un estado de ánimo. El cuento ha de buscar el placer de la sugerencia, como quien saborea cada palabra como si fuera una pequeño manjar, frente al discurso amplio de la novela, que se asemeja más a un plato culinario elaborado con muchos ingredientes, algunos de los cuales puedes apartar (o soportar) si no te gusta.

¿Sigues escribiendo?
Sí, aunque cada vez que termino un libro, por un lado, me cuesta reconocerlo como mío y, por otro, me entra el miedo al pensar que no voy a ser capaz de escribir otro. Sin embargo, antes de que me dé cuenta, ya estoy pensando en el próximo y el anterior ya no existe. Lo más dificultoso es dar preferencia a una de esas nuevas ideas, centrarse en ella y seguir adelante.

¿Cuál es tu autor de referencia?
No soy de autores, sino más bien de estilos o formas de entender la narración. A pesar de eso, podría citar varios. Saramago, Paul Auster, Javier Marías, por ejemplo.

¿Cuál es el último libro que has regalado?
Tampoco soy de regalar libros por regalar. Pero cuando suelo hacerlo es porque ese libro me ha impresionado lo suficiente como para desear que otra persona lo disfrute también. Tengo ganas de regalar, por ejemplo La lluvia amarilla, de Julio Llamazares, por la belleza y el lirismo que encierra. Es una lástima que este escritor no siga esa línea en sus obras actuales.

En tu caso, ¿el escritor nace o se hace?
Es la típica pregunta que siempre se contesta con la misma respuesta, es decir, que el escritor necesita del genio, de la inspiración y, sobre todo, del trabajo. Solo diré que yo nunca me consideraré escritor, porque no vivo de la literatura, a pesar de la quincena de libros que llevo publicados. Por otra parte, ser escritor no es una profesión al modo de la de un fontanero, un abogado o un dependiente de comercio. O, al menos, no lo debería ser. En el momento en que sea así, se convierte en algo mecánico, fruto del oficio y no de lo que debería ser una ocupación artística.  
 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Presentación de mi libro de relatos "Complicidades".

Se aproxima el día de la presentación de mi libro de relatos Complicidades, Aquí dejo noticia del evento. Ni qué decir tiene que estáis todos invitados:

jueves, 8 de octubre de 2015

La casa de Bernarda Alba

Se está representando actualmente "La Casa de Bernarda Alba" en el teatro Estudio 2 Manuel Galiana, situado en la calle Moratines, 11, de Madrid. Ofrecen funciones matinales para institutos.

El excelente montaje llevado a cabo con la obra permite crear una atmósfera muy acogedora que conecta rápidamente con los chavales. Hay tanto fraude en las ofertas a institutos, que cuando se encuentra una joya como esta, hay que compartirla.

Si se llama al teatro, ofrecen una invitación gratis para que un profesor pueda juzgar la representación antes de comprometerse a llevar a su grupo de alumnos.

http://www.martesteatro.com/obras/bernarda.html#comienzo

La Educación de Adultos en España: el nuevo reto educativo

Si a mediados del siglo XIX la revolución educativa en España vino de la mano de la Ley Moyano, y luego, en el XX, llegó el esfuerzo  hermoso de la Institución Libre de Enseñanza y las Misiones Pedagógicas de la República. Si en la década de los sesenta crecieron las escuelas por todas partes del territorio nacional, y con la Ley del 70 apareció una educación Secundaria para toda la población, si luego fuimos capaces de crear la Formación Profesional, y en los 90 el foco educativo se centró en la educación Preescolar, en el siglo XXI, el caballo de batalla para España será la educación de Adultos.

No se trata de una elección por descarte, una vez asegurada la oferta pública en los distintos niveles educativos que se dirigen a los menores de edad. No. Simplemente es una respuesta lógica a un problema gravísimo que presenta nuestro país: cuatro millones de adultos en paro y un porcentaje del 25’79% de jóvenes de 15 a 29 años que ni estudian ni trabajan (fuentes de la OCDE., en El País, a 30/09/2015). Más pronto que tarde detectaremos que el paro, la mayor lacra para una sociedad desarrollada y una situación desgarradora para los adultos, tiene difícil solución, que no es sólo una coyuntura económica vinculada a un ciclo expansivo o recesivo, sino que es la consecuencia directa de la falta de formación básica de varios millones de adultos en España. Por mucho que la situación mundial mejore en el área de la economía, resultará difícil incorporar a más del 50% de los parados que existen en España al mercado laboral, simplemente porque no tienen la formación suficiente, las competencias educativas necesarias para desarrollar trabajos cualificados, estables y dignamente remunerados.

La educación de adultos en España está organizada por cada Comunidad Autónoma, según sus particularidades (sobre todo geográficas), y sus necesidades, pero siempre es mirada como un rescoldo del sistema, con cierto paternalismo, donde muchos alumnos desaparecen a lo largo del curso, y donde los profesores que la imparten, a pesar de ser los más rentables del sistema educativo (por el número de titulados), están ahí, disfrutando de la vida, sin enfrentarse a los feroces adolescentes que pululan por nuestras aulas diurnas…
Nada más lejos de la verdad. El trabajo con personas adultas, siempre muy gratificante, se realiza con ratios tan elevadas que durante meses los alumnos apenas caben en clases pensadas para los chavales de la mañana. Al número de alumnos se une que no existe una metodología diseñada para la educación presencial de adultos, un material especializado, un cuerpo de profesores estables, recursos necesarios y la flexibilidad organizativa apropiada para dar respuesta a la complicada vida de un adulto, que muchas veces simultanea los estudios con el trabajo y la vida familiar. La educación de adultos no puede ser una traslación de la educación diurna para adolescentes. Presenta unas condiciones propias que exige un diseño educativo adecuado y específico. Necesita una toma de conciencia por parte de todos, porque es el último tren para una parte importante de la población que no podrá esperar al siguiente.

Varios ejes debería abordar la educación de adultos en el futuro: la empleabilidad, las competencias básicas (Lengua y Matemáticas), y las competencias transversales: idiomas, informática y ética. El adulto necesita tener una esperanza de trabajo, de proyección de su esfuerzo hacia su futuro (empleabilidad), para ello debe dominar los lenguajes básicos ( la expresión escrita y hablada, la comprensión lectora y oral; el lenguaje de la ciencia: las matemáticas), y todo ello tiene que servirle para relacionarse con el mundo que le circunda (idiomas, informática), y por último, pero no menos importante, necesita un asidero, un agarradero ético y moral para anclarse en sus convicciones y no ser arrastrado fácilmente por este tornado continuo informativo y noticioso que nos envuelve constantemente a través de los medios audiovisuales y las redes sociales, sin posibilidad de reflexión, de crítica constructiva y de autocrítica inteligente y reparadora.

La complejidad de la educación de adultos no admite paternalismos ni paños calientes. Es un tema muy importante que debe ser abordado con seriedad. Tal vez algunos piensen que si se mejora el sistema educativo para los menores de edad no tendríamos necesidad de la educación de adultos. Como utopía está muy bien, como realidad es similar a considerar que, cuando las máquinas tomen el control de los automóviles, no se producirán accidentes. Hay cuatro millones de parados esperando una oportunidad y una respuesta. Existe más de un 25% de jóvenes que no tienen ningún futuro, ni herramientas para labrárselo. Sigamos pensando que la mejora de la educación obligatoria acabará con todos los problemas, y después volvamos a leer a Huxley y su Mundo feliz. Suprimamos la OCDE, y se acabarán las malas noticias educativas.



Fernando Escudero Oliver,
 jefe de estudios del Bachillerato de Adultos,
 del IES “Juan Gris” de Móstoles (Madrid).


Perdóname, Sam

Perdóname, Sam. No está bien abandonarte en este tren abarrotado de viajeros con destino incierto y salir, así, en la noche, saltando al convoy que paró al otro lado de la vía, para volver a París….

Te he dejado mi maleta y el dinero para que, cuando llegues a Marruecos, busques una ciudad bonita, un local espacioso, dos mesas de juego que parezcan limpias y un buen piano. Practica mucho mientras me esperas.

Yo vuelvo a París, para encontrarme con ella, que es un ángel, o con los alemanes, que son más feos; para toparme con la vida o con la muerte; para morir de amor o por la libertad; para caer en manos de la Gestapo o desfilar bajo el majestuoso arco de triunfo…

Ensaya mucho, Sam, mientras regreso, Tú sabes qué canción me gusta, y compréndeme, Sam: tú no eres Ingrid Bergman, pero yo sí soy Humphrey Bogart y jamás consentiría que un guionista imbécil o interesado me separara de ella.

Afina bien el piano para que escuche lo que sí quiero y no quiero oír. La vida en esta Francia sin libertad es en blanco y negro, y yo, la quiero en color.

Perdóname, Sam.



Fernando Escudero Oliver
(Microrrelato seleccionado y publicado este año 2015 por la Biblioteca 
de Autores Latinoamericanos de Seattle (USA),
 en el I Certamen Mundial Excelencia Literaria MP Literary Edition).


domingo, 4 de octubre de 2015

Cuentas bien hechas

Llegó, por fin, el  día en que dio con la cifra exacta, el día en que le salían las cuentas.

Restó su edad a una cantidad de años que le parecía insuficiente como para no acabar su vida de manera indecorosa. El número obtenido lo multiplicó por el de días que tiene un año y luego el resultado lo volvió a repetir cien veces, al considerar que un centenar de páginas era una buena media de lectura diaria. Por último, dividió entre doscientos, dejándose llevar de nuevo por consideraciones propias sobre la extensión ideal que ha de tener un libro.

El número obtenido le satisfizo doblemente. Primero, porque tales guarismos eran la solución a una fórmula buscada para poder seguir viviendo; y segundo, porque ya contaba en su biblioteca con ese montante de volúmenes sin leer todavía, suficiente para no tener que salir de casa hasta el fin de su existencia.
Felipe Díaz Pardo

La suerte de los maniquíes

El fuego se propagó rápidamente por el edificio de los grandes almacenes. Comenzó en la planta baja y fue subiendo hacia los pisos superiores con la calculada predisposición con que se suceden las catástrofes.

Los clientes que hacían sus compras en esas horas de la tarde, las más concurridas del día, fueron ascendiendo aterrorizados por escaleras y ascensores en pavoroso barullo, huyendo de su calcinante perseguidor y, cuando el acoso de las llamas parecía no dar opción a la huida, los cuerpos fueron lanzándose al vacío en el estricto orden con el que la desesperación les indicaba que no había nada que hacer.

No obstante, la alarma provocada fue excesiva, pues al rato llegaron los  bomberos que se convirtieron enseguida en los dueños de la situación.

Solo se salvaron los maniquíes.
Felipe Díaz Pardo

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Ornitología fácil

La mañana, radiante y primaveral, invitaba al canto de los pájaros y a la exaltación del ánimo. El quiosco, rodeado de la frescura y la fragancia de las plantas y los árboles cercanos, que adornaban el parque, parecía erigirse en el vivo monumento a tanta perfección antes de que aquella estampa fuera difuminada por el bullicio que aportan las horas centrales del día en la gran ciudad.

Un muchacho de físico desgarbado, desaliño en sus ropas y peinado cual ave repelada y sudorosa, se acercó al mostrador, donde el quiosquero ordenaba con esmerada concentración la prensa diaria.

–Por favor, ¿le ha llegado el último número de Ornitología fácil? –preguntó con cierta timidez y trino cantarín el chico.

Sin ocultar los movimientos lentos y comedidos con que llevaba a cabo su ocupación, aquel dependiente se agachó pausadamente y se erigió al momento portando entre sus manos el ejemplar de la revista que se le solicitaba. En la portada, los titulares anunciaban el tema principal que ese mes trataba la publicación: “¿Cómo enseñar a cantar a un canario?”.

¿Tienes ya éste? –dijo mecánicamente, a modo de sucinta interrogación con que aportar la información suficiente al caso.

¿Usted que cree? –respondió el muchacho con una mezcla de malhumor e insolencia, haciendo uso de nuevo de aquella voz chispeante, a la vez que movía nerviosamente la cabeza de un lado a otro.

Después, sin decir nada, dio la vuelta a su cuerpo mediante un torpe movimiento de sus patas y se marchó, dando saltitos cortos y desmemoriados mientras se alejaba hacia la salida del parque y hurgaba con el pico en su costado por ver si encontraba vestigios de un primitivo plumaje.
Felipe Díaz Pardo
            

lunes, 21 de septiembre de 2015

Es tiempo de recopilación. Ahí va un resumen gráfico de algunas de las cosas que he ido haciendo con los años.

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Disturbios y cavilaciones: El chasquido

Noté el chasquido en el justo momento en que solté la primera lágrima. Fue justo cuando ladeé ligeramente el cuello para disimularme a mí mismo la emoción que provocó aquella maravillosa historia de amor que terminaba de leer.

Cerré el libro como si así pudiera evitarme el dolor que me suponía el suicidio de la amada y, sobre todo, el que me reportaba saber de nuevo desvalido a aquel hombre que solo vivía para ella. Tras tanto tiempo de infortunio, tras una familia perdida, había encontrado de nuevo el amor y zas...

Otra vez el crujido en el cuello. Entonces noté que era un ruido metálico, semejante al de dos lengüetas que tropiezan y se separan bruscamente, dejando su eco extendido a través de las ondas. Ahora el sonido se asemejaba a la muda tensión de un muelle.

Como otras veces que me he obsesionado con un grano, por su posibilidad potencial de convertirse en una verruga o en una incómoda espinilla, me lancé hacia el espejo del baño.

Repetí los movimientos, esta vez con la cabeza entre mis manos. Con todo cuidado, ideé un impulso seco pero suave y me encontré con lo que me temía.

Mi rostro yacía inexpresivo entre mis brazos cuando pude comprobar que fue ese hilillo húmedo, brotando de mis ojos, el que estropeó parte de mis circuitos, dando al traste con el perfecto movimiento de mis músculos.

Felipe Díaz Pardo

Disturbios y cavilaciones: la explicación a un título

"Disturbios y cavilaciones” es el título que he dado en llamar a este blog que apenas hace un día que ha echado a andar. Y “Disturbios y cavilaciones” fue el rótulo que también me inventé, hace un tiempo, para dar nombre común a un conjunto de microrrelatos y relatos breves. Pretendo ahora, con estos párrafos, encontrar una explicación a ese epígrafe que me persigue, bien en afanes comunicativos a través de la red,  bien para englobar un conjunto de textos.  

Así, pues, disturbio es todo aquello que, según el diccionario de la Real Academia Española, “altera y turba la paz y la concordia”. En definitiva, es aquello que molesta, como molesta el hecho de que a cada instante nos trastornen la tranquilidad lectora con una nueva punzada de ingenio, con un nuevo y presuntuoso alarde de fabulación en ciernes. Puede ser un comentario o puede ser un texto que invente el ingenio narrativo. En este segundo caso, el microrrelato, microcuento, cuento mínimo, cuento brevísimo, cuento microscópico, narración ultracorta, relato hiperbreve, relato mínimo o cualesquiera otras denominaciones de tan fastidiosos y perturbadores textos es la forma rápida de hacernos sentir, al mismo tiempo, incómodos y satisfechos; unas veces por lo imprevisto, otras por lo absurdo, pero siempre por lo inesperado y conciso.

Por otro lado, está ese otro intento de cavilar, de “pensar con intención o profundidad en algo”, siguiendo nuevamente la definición académica. Darle vueltas a las emociones y a los pensamientos es la obligación de todo escritor que se precie. Y cuando esa forma de reflexión fluye con rapidez, como breves destellos en la luz de la memoria, como certeras pinceladas de nuestro impresionista intelecto, surge la meditación. Y el microrrelato o el minicuento, también, entre otras formas cortas de contar. Luego, cada una de estas cavilaciones adoptan su forma apropiada, el punto de visto preciso, el tratamiento que cada uno de nosotros considera el acertado para transmitir una idea. Y elige también el tamaño de la pieza, que en esto no se ponen de acuerdo los doctos tratadistas del género que discuten entre si son seis, quince o treinta las líneas que han de servir de tope máximo de las mismas. Surge así la condensación, la ambigüedad, la sugerencia, el absurdo (otra vez), la sátira, la paradoja, la recreación, la parodia, la crítica y un sinfín de ejercicios gimnásticos que se encuentran contenidos dentro de las artes literarias, los cuales nos permiten adentrarnos en terrenos dispersos, e incluso dispares, como el de la ciencia-ficción, el del misterio, el de la crítica social, el de la literatura o el del romanticismo más almibarado y decadente.

En conclusión, las dos palabras de este título que no me abandona quieren ser una justificación más al intento de ser certeros, escuetos y, si fuera posible, sugerentes también, como exige el género que nos ocupa o la reflexión que, de vez en cuando, dejemos en nuestro blog. Seguiremos ahondando en este empeño por la concisión, porque la economía es la fiel aliada de la expresividad y la sugestión. Sería el humilde tributo que podemos ofrecer a un lector hábil e inquieto: darle la oportunidad de cubrir las ausencias, premeditadas o no, que el escritor deja patente en sus páginas para que él las supla o complete con su imaginación; proporcionarle la ocasión para que lo implícito y lo callado sean fuente de significados, tesoro de interpretaciones diversas, ventana que se abre a la fantasía y a ilusiones varias.

Por de pronto, iniciaremos la serie de textos breves con un microrrelato que nos anime a seguir en días posteriores, si el tiempo y el que los lea, nos lo permite.

Felipe Díaz Pardo

domingo, 20 de septiembre de 2015

Las ventajas del escritor desconocido

 A pesar de haber publicado una docena de libros, uno sigue siendo un escritor desconocido. No ha de pensarse que esta afirmación contiene conato alguno de pesimismo o rencor. Antes al contrario. Y menos aún si el escritor desconocido cuenta con la madurez vital que le proporcionan la edad y con la autonomía económica que le concede una profesión más o menos respetable, fruto del estudio y la dedicación y cuenta, por último, con la libertad de no sentirse atado a géneros, modas y desplantes de unos editores que, en ocasiones, desprecian el trabajo de quienes le proporcionan la materia prima de su empresa y en ocasiones intentan aprovecharse de las ingenuas ilusiones del autor novato. Me refiero con esto último a la pléyade de supuestas editoriales que ofrecen últimamente sus servicios de ¿coedición? en sus más diversas y ocurrentes versiones cuando el autor envía manuscritos con el objetivo de publicar su obra y se ve halagado al día siguiente por esas empresas que están dispuestas a editar su libro como si de imprimir estampitas de la primera comunión se tratara para repartir entre los amigos y familiares.

El escritor desconocido, para su consuelo, se siente admirado, con más o menos intensidad y aprecio, por sus más cercanos conocidos. Ven en él a alguien diferente, a una persona cercana que dispone de una habilidad negada a la inmensa mayoría. Pero en realidad, y eso quizá no lo tienen en cuenta, este amigo que tanto estiman no hace más que encauzar sus inquietudes, aficiones y entretenimientos por la senda de las letras, en sus más diversas manifestaciones: unas veces reflexiona sobre la práctica profesional que le da de comer; otras ensaya ejercicios literarios en el cuento y la novela; y otras, se enfrasca en sesudas investigaciones, motivadas por el interés que aún mantiene por la materia que estudió en su juventud.

Asumido el papel que le corresponde, los efectos de los medios de comunicación tampoco afectan en gran medida al escritor, por cuanto que poco o nada se ocupan de él, a excepción de alguna reseña promocional sin apenas repercusión que, de forma mecánica y rutinaria, distribuye la empresa editorial entre las direcciones de un listado de contacto de prensa ordenado alfabéticamente en una base de datos. Si hay suerte surge alguna entrevista, breve y telefónica, en alguna emisora de radio a la que le sobren unos minutos en un programa de horario tan intempestivo como inútil o, incluso, llegando al colmo de toda buena fortuna, podrá ser llamado por alguna televisión, que enlata contenidos culturales para distribuirlos luego en las horas más bajas de la audiencia, o por un canal de poca monta que dedica el tema de la tertulia de ese día a algo que tiene que ver con su libro. Y ya ni hablemos de la crítica, buena o mala, de sus escritos, siempre inexistente, a no ser que provenga de un buen amigo que le reconozca alguna virtud y tenga la posibilidad de lanzarle algún piropo.

No obstante, y a pesar de todo, una convicción le queda siempre al escritor desconocido: considerarse tan bueno como otros colegas de profesión, que han conectado con gustos, temas de modas impuestos por una sociedad cambiante, superficial y mercantilista, o que han dado con la ocasión oportuna para alcanzar la fama, por muy ocasional e intrascendente que sea. Por eso, si antes una carta formal y distante de la editorial de turno rechazaba su obra le hundía en la zozobra y en el desencanto absolutos, ahora sabe que cada negativa no es más que una simple opinión más, carente de auténticas razones, en la mayoría de los casos, y una oportunidad más para seguir adelante. Que no va a desanimarse en su vocación de componedor de textos, los cuales ahora más que nunca responden a su intención de expresar lo que desea expresar sin condicionantes ni ilusiones de principiante.

En conclusión, cuando no se alcanza el éxito, para un escritor desconocido todo son ventajas.





Por Felipe Díaz Pardo

La LOMCE, ¿Una nueva ley para una nueva sociedad?

Para empezar con la tarea, aquí dejo el artículo que hace unos meses publiqué en la revista "Supervisión 21", de la Unión Sindical de Inspectores de Educación, USIE:  http://www.usie.es/SUPERVISION21/2014_34/SP%2021%2034%20ART_LOMCE_NUEVA....pdf

Bienvenidos a mi blog

Queridos amigos:
Llevo tiempo deseando encontrar un espacio en el que dejar constancia de mi gusto y mi dedicación a la literatura y compartir mis inquietudes e iniciativas con todo aquel que lo desee sobre temas que, en general, tengan que ver con la cultura y la educación. Por fin me he decidido y he tenido la paciencia necesaria para aprender las primeras nociones que me han permitido abrir mi primer blog. Espero seguir adelante en mi empeño con ayuda de todos vosotros.